Milan

La capital de la Lombardía ha sido una de las ciudades más importantes de Italia desde la Edad Media; aunque carece del atractivo de otras ciudades como Florencia, Venecia o incluso la propia Roma, es un interesante destino para pasar un fin de semana, con numerosos atractivos turísticos y culturales.
Dejando aparte los lagos y el resto de la provincia, Milán es famosa, además de por ser un importante centro industrial y comercial, por residir en ella la obra maestra de Leonardo da Vinci, "La última cena" (o "il cenacolo"), en el refectorio de Santa Maria delle Grazie (reservad con meses de antelación, pues sino será imposible visitarlo).
Pero los atractivos de Milán son muchos otros: por un lado, la imponente catedral ("il Duomo"), cuya construcción se prolongó más de 400 años, y cuyos tejados ofrecen un paseo único, rodeado de miles de pináculos y esculturas, que producen la sensación de caminar por un bosque de piedra. Junto a la catedral, destacan las galerías Vittorio Emanuele II, emblema de la era industrial, realizadas en el tercer cuarto del siglo XIX. También caben ser destacados el Castello Sforzesco, sede de la familia Sforza, una de las más importantes del Renacimiento italiano, y actualmente museo, que cuenta, entre sus obras maestras, con la "Pietá Rondanini" de Miguel Ángel; y la Pinacoteca di Brera, una de las más importantes del mundo, que cuenta con obras maestras de Piero della Francesca, Rafael, Caravaggio, Bellini, Mantegna, Tintoretto, Canaletto, Reni, Caracci , Modigliani, Boccioni...
Pero además, el centro de Milán merece ser recorrido a pie, tanto para descubrir algunos edificios magníficos (el Palazzo della Ragione junto al Duomo, la Torre Velasca, imitando a una torre medieval; Ca' Grande, sede de la Universidad de Milán; el Palazzo Marino, ayuntamiento de la ciudad; la Casa degli Omenoni y su llamativa fachada; la Torre Pirelli, uno de los edificios más altos de la ciudad; o la Stazione Centrale, estación de trenes de dimesiones colosales, claro ejemplo de la arqiutectura fascista de los años 20 del siglo pasado), como para poder tomarse una caña y una tapa en alguno de sus numerosos bares (sí, Milán también ofrece tapas gratuitas para acompañar a las carísimas cañas, aunque no en todos los bares).
Por último, también deben ser tenidas en cuenta una serie de iglesias, además de la Catedral y Santa Maria della Grazie, tanto por su arquitectura como por las obras de arte que alojan: así, podemos destacar Sant'Ambrogio, una de las basílicas más antiguas de la ciudad, donde reside el sepulcro del santo patrón de Milán; San Lorenzo Maggiore, con mosaicos del siglo IV; Santa Maria presso San Satiro, donde Bramante realizó un magnífico trampantojo (la planta, de cruz griega, simula una cruz latina, gracias al juego óptico de la cabecera); o Sant'Eustorgio, cuya capilla Portinari encarna los ideales renacentistas florentinos con gran perfección.
La Scala de Milán, el paseo por los "Navigli" (canales) o la Pinacoteca Ambrosiana, son otros puntos de interés que hacen de Milán un destino atractivo para un fin de semana.
Milán

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